Las obras de rehabilitación exterior ya están en marcha y marcarán el inicio de una transformación que va mucho más allá de una simple restauración: el edificio se prepara para convertirse en uno de los epicentros del futuro distrito de ciencia y conocimiento de Barcelona.
El proyecto, con una inversión prevista de 8 millones de euros, actuará sobre prácticamente todo el exterior del edificio. Fachadas, porches, arcos interiores, balconadas, cubiertas y escaleras pasarán por taller, mientras que el entorno inmediato se rediseñará para hacerlo más accesible y eficiente energéticamente. Si no hay contratiempos, esta primera fase concluirá durante el primer trimestre de 2027.
El edificio, cerrado al público desde 2011, forma parte del legado modernista de Lluís Domènech i Montaner. Durante años ha funcionado como sede científica del Museu de Ciències Naturals, pero su deterioro lo había dejado fuera del circuito ciudadano. Para facilitar el arranque de las obras, las colecciones que albergaba ya han sido trasladadas o reubicadas en zonas interiores.
Lo que viene después abre un nuevo capítulo: la transformación del interior para crear un equipamiento público centrado en acercar la cultura científica a la ciudadanía. El Castell se integrará con otros edificios históricos —el Hivernacle, el Umbracle y el Centre Martorell— para actuar como antesala de la Ciutadella del Coneixement, un complejo urbano dedicado a investigación puntera en salud, biodiversidad y bienestar social.
El movimiento no es aislado. A pocos metros, el antiguo Mercat del Peix se prepara para levantar el PRBB Ciutadella, un centro de medicina de precisión de 23.000 metros cuadrados cuya construcción empezará en marzo. Junto a nuevos equipamientos universitarios y de investigación, dibujará un corredor científico en pleno corazón verde de Barcelona.