Para quienes buscan una experiencia inmersiva, Razzmatazz es una parada obligatoria. Este club industrial en Poblenou alberga sesiones de DJs internacionales en sus cinco salas. No muy lejos, Input en Poble-sec se ha ganado su lugar entre los amantes del techno más puro gracias a su potente sistema de sonido y una cuidada programación.
La electrónica también conquista las alturas. En verano, terrazas como La Terrrazza, en el Poble Espanyol, combinan beats con vistas y noches al aire libre. Y si de eventos se trata, Sónar Festival es el referente mundial, pero durante todo el año también florecen fiestas itinerantes en naves, galerías o espacios efímeros.
Barcelona no solo escucha música electrónica, la vive. Ya sea bajo luces estroboscópicas o entre palmeras, la ciudad ofrece ritmo para cada noche.