Según los datos del Observatori Fabra, la temperatura media se ha situado en 26 °C, superando todos los registros desde 1914 y dejando atrás el récord anterior de junio de 2003. Este valor está 4,7 °C por encima de la media climática histórica, una cifra que confirma el impacto creciente del cambio climático.
El calor extremo no ha dado tregua: este junio ha acumulado más días con temperaturas por encima de los 35 °C que cualquier otro mes de junio registrado. El 30 de junio, la estación automática del Observatori Fabra marcó 37,9 °C, lo que, de confirmarse, sería la temperatura más alta jamás medida en la ciudad en un mes de junio, por encima del récord de 37,7 °C de 2019.
Además, el calor ha ido acompañado de una ausencia total de precipitaciones: ni un solo día de lluvia significativa en todo el mes. El balance pluviométrico de junio ha sido de 0 litros por metro cuadrado, reavivando la situación de sequía tras las lluvias de marzo.
Con estos datos, junio de 2025 no solo se convierte en el más caluroso en la historia de Barcelona, sino también en un nuevo aviso sobre la emergencia climática que enfrenta la ciudad.