El equipo de Pompas Fúnebres de Badalona explica que el comportamiento de los animales en estos momentos es sorprendentemente claro. Todos exploran el espacio, olfatean al difunto e incluso algunos se acercan a lamerle la mano. Según el personal, llega un instante en el que el propio animal «decide» que ya ha terminado su despedida. Para muchos propietarios, presenciar esa reacción ayuda a procesar la pérdida con más serenidad.
Para poner en marcha el servicio, los tanatorios han obtenido la certificación pet-friendly, han adaptado salas y han implantado un protocolo específico: solo pueden acceder mascotas identificadas con chip y con la cartilla de vacunación al día. También se han habilitado zonas de agua y normas para garantizar la convivencia con familias que prefieren no compartir espacio con animales.
La acogida, según la empresa gestora, ha sido «bestial». El servicio, que hasta ahora se ofrecía de forma excepcional, se ha convertido en una demanda creciente. La funeraria ya trabaja en un proyecto paralelo: un tanatorio independiente para mascotas, previsto para finales de 2026, que complementará este nuevo enfoque más humano —y también más realista— sobre cómo afrontan el duelo las familias… incluidas las de cuatro patas.