Día de la Constitución Española
El 6 de diciembre de 1978, los españoles acudieron a las urnas para responder a una sola pregunta: ¿Aprueba el proyecto de Constitución? La respuesta fue abrumadora: casi el 90% dijo «sí». Ese sí colectivo marcó el fin de la dictadura y el comienzo de una nueva etapa democrática. Desde 1983, la fecha se celebra oficialmente como festivo nacional, símbolo de la reconciliación y de la madurez política de un país que decidió construirse a sí mismo desde el diálogo.
La Constitución no fue solo un texto jurídico: fue una promesa escrita de futuro. En sus 169 artículos quedaron plasmadas las libertades individuales, la división de poderes, el reconocimiento de las comunidades autónomas y los derechos que sustentan la vida civil. Fue el fruto de un consenso inusual en la historia española: políticos de ideologías opuestas trabajando juntos para que las heridas se transformaran en acuerdos.
Con los años, la celebración ha trascendido los despachos del Congreso. Hoy, el Día de la Constitución se vive también en las calles, con izados de banderas, actos institucionales, carreras populares y, sobre todo, las Jornadas de Puertas Abiertas en el Congreso de los Diputados, donde cualquier ciudadano puede recorrer el hemiciclo y sentarse, aunque sea por un instante, en los mismos escaños donde se gestó la democracia.
El 6 de diciembre se asocia también al inicio del ambiente navideño: un puente entre la memoria y la esperanza. Porque la Constitución no es un documento del pasado, sino un pacto vivo, que cada generación debe seguir interpretando, discutiendo y defendiendo. Celebrarla es recordar que las leyes, por sí solas, no garantizan la libertad: la libertad se ejerce, se cuida y se renueva día a día.