Los lagos no son solo espejos de agua que embellecen paisajes. Son fuentes vitales de agua dulce, indispensables para beber, cultivar alimentos, generar energía y mantener una biodiversidad única. Además, actúan como reguladores del clima al almacenar carbono y mitigar los efectos del cambio climático.
Pero estos guardianes del agua enfrentan amenazas crecientes: la contaminación, la sobreexplotación y el calentamiento global ponen en riesgo su salud y la nuestra.
El Día Mundial de los Lagos busca crear conciencia, promover la gestión sostenible de estos ecosistemas y animar a la sociedad a proteger y restaurar los lagos del mundo, porque su futuro —y el nuestro— están íntimamente conectados.