Origen de una profesión con historia
El origen de esta efeméride se remonta al siglo XVII, cuando la peluquería era un oficio exclusivo de plebeyos varones. Su principal tarea consistía en mantener impecables las elaboradas pelucas que la nobleza lucía con orgullo.
El 25 de agosto fue elegido porque coincide con la santificación de Luis IX, Rey de Francia, quien durante su reinado elevó el estatus de su peluquero oficial, otorgándole privilegios que antes solo tenían caballeros, médicos y jueces. Hasta le permitió portar un espadín, símbolo de distinción en la época.
La tradición del cuidado capilar, sin embargo, es mucho más antigua. En el Egipto Antiguo, el cabello tenía un valor religioso y estético; se usaba henna para teñirlo y adornarlo. En la Grecia clásica, la belleza era casi un culto: largas melenas rizadas y peinados elaborados eran parte del ideal cultural, como lo demuestran sus esculturas y mosaicos.
Peluquerías: templos modernos de la estética
Hoy, las peluquerías y barberías son espacios que combinan cuidado personal, bienestar y creatividad. De simples cortes y afeitados han pasado a ofrecer servicios integrales:
- Tratamientos capilares y corporales
- Maquillaje profesional
- Depilación en distintas técnicas
- Masajes y bronceado
- Venta de productos especializados
Son lugares donde, además de mejorar la imagen, se renueva la energía y la autoestima. Porque salir de una peluquería no es solo cambiar de look: es sentirse mejor con uno mismo.