Día de los Derechos Humanos
Cada 10 de diciembre, el mundo celebra el Día de los Derechos Humanos, en memoria de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, aprobada por la ONU en 1948 tras los horrores de la Segunda Guerra Mundial. Desde 1950, esta fecha es un recordatorio anual de que todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos.
El lema más reciente, «Nuestros derechos, nuestro futuro, ¡ya!», subraya que la igualdad, la justicia y la sostenibilidad no son ideales distantes, sino necesidades urgentes. La Declaración —traducida a más de 500 idiomas— sigue siendo el documento más universal de la historia: treinta artículos que defienden la vida, la libertad, la educación, el trabajo y la no discriminación.
En la historia de este texto hay nombres que no deben olvidarse, como Eleanor Roosevelt, presidenta del comité redactor, y Hansa Mehta, quien cambió para siempre la frase «todos los hombres nacen libres e iguales» por «todos los seres humanos…». Fue un gesto que abrió el camino a la igualdad de género en el lenguaje internacional.
Hoy, 75 años después, los derechos humanos siguen siendo una tarea en construcción. Defenderlos no es solo deber de gobiernos y tribunales, sino de cada ciudadano que levanta la voz ante la injusticia. Porque el silencio, cuando se violan los derechos, también es una forma de violencia.
Día Internacional de los Derechos de los Animales
Coincidiendo con esta fecha, desde 1997 se celebra también el Día Internacional de los Derechos de los Animales, impulsado por organizaciones de bienestar animal de todo el mundo. La elección del mismo día no fue casual: busca extender el principio de la dignidad más allá del ser humano.
Inspirada en la Declaración Universal de los Derechos de los Animales proclamada en 1978, esta efeméride defiende cuatro pilares fundamentales: el derecho a la vida, a la libertad, a no sufrir y a no ser tratados como propiedad.
Cada año se organizan actos, marchas y performances silenciosas en diversas ciudades para denunciar el maltrato, la explotación industrial, la caza y el abandono. Como dijo Mahatma Gandhi, «la grandeza de una nación puede medirse por el modo en que trata a sus animales».
La ONU ha empezado a incluir el bienestar animal dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, reconociendo que la protección de la fauna también es clave para la supervivencia humana y del planeta.
El respeto a los animales no es una moda: es la ampliación natural de la empatía, un paso más hacia una civilización verdaderamente compasiva.