La Noche de San Juan tiene orígenes paganos. La tradición apareció mucho antes del cristianismo y está asociada al culto al sol, celebrando el alargamiento del día y el solsticio de verano. La Iglesia Católica la combinó con la celebración de San Juan Bautista. Se trata, pues, de una fiesta mixta que se celebra con elementos simbólicos: fuego de purificación, baños a medianoche, hierbas de San Juan, cantos y danzas, y rituales mágicos.
Durante la fiesta, representantes de cada barrio llevan una llama para encender hogueras por toda la ciudad. Desde la antigüedad, se cree que las llamas ahuyentan a los malos espíritus que deambulan por la ciudad esa noche.
Cuando todas las hogueras estén encendidas, las calles de Barcelona se llenarán de golosinas locales, bailes, fuegos artificiales y diversión.
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