La opción más exigente es un recorrido de 21 km que combina asfalto y senderos, desafiando a los participantes con un desnivel de 640 metros. Este trayecto no solo pone a prueba la resistencia física sino que también ofrece panorámicas inigualables de la urbe y sus alrededores naturales.
Por otro lado, la ruta de 10 km, totalmente asfaltada y con un desnivel de 190 metros, presenta una alternativa más accesible, ideal para quienes buscan una experiencia competitiva pero más moderada.
Este evento no solo es una carrera, sino un homenaje a la «Carrera de la Amistad» ideada por el emprendedor y deportista Francesc Mates. Hoy, reinventada por su hija Myrna, sigue promoviendo el espíritu de camaradería entre todos los corredores.
Al finalizar la prueba, los participantes se reunirán en un acto fraterno, donde los lazos de amistad y el amor por el deporte se celebran con la entrega de premios y un avituallamiento compartido, culminando un día de esfuerzo y convivencia. La Carrera Montjuïc-Tibidabo no es solo un desafío físico; es una invitación a vivir la ciudad de Barcelona de una manera diferente y comunitaria.