Lejos de ser solo una ruta para recorrer, la Magic Line es un reto colectivo: equipos de entre 2 y 20 personas se unen, trazan su camino y se comprometen con una causa. Pero aquí no se trata solo de caminar. Los magicliners se vuelcan semanas antes con acciones solidarias que movilizan barrios, escuelas, empresas y familias: desayunos comunitarios, sorteos, conciertos, mercadillos… Cada gesto suma. Cada euro recaudado va íntegramente destinado a proyectos sociales y sanitarios que acompañan a personas en situación de vulnerabilidad.
La Magic Line es un símbolo de lo que podemos conseguir cuando nos unimos por algo más grande que nosotros. Es una fiesta de la esperanza, una marcha de valores y una declaración colectiva: queremos un mundo más justo, más humano, más nuestro.
El 100 % de solidaridad, el 100 % de implicación. Participar es sencillo, pero el eco de tu paso puede ser infinito. ¿Preparado para dejar huella?