El Barcelona Festival de Navidad convierte la plaza de Catalunya en un gran libro abierto, donde cada día se escribe un capítulo distinto. No es un mercado, ni una feria, ni un simple escenario: es un relato que respira, que cambia de tono según la hora y que recupera la idea más antigua de estas fechas —reunirse para contarse historias— con lenguajes contemporáneos.
Las «Mañanas en familia» (de 11:00 a 14:00) no funcionan como un espectáculo al uso, sino como un pequeño laboratorio de imaginación. Allí conviven teatro visual, objetos que se rebelan contra su forma cotidiana y un viaje musical hacia un planeta improbable. El público infantil es la excusa; la fascinación, compartida.
A media tarde, la plaza se estira y se llena de vértigo con las «Tardes de circo y danza» (de 17:00 a 19:00). Acrobacias que desafían la lógica, malabares que parecen coreografías y piezas de danza urbana y contemporánea que atrapan al espectador por la vía del movimiento puro. Son propuestas con lectura doble: diversión inmediata y reflexión en segundo plano.
Cuando el cielo se vuelve azul oscuro, llegan los «Atardeceres de música» (de 19:00 a 20:00). La plaza se transforma en un escaparate sonoro donde pueden convivir un riff de jazz, un ritmo latino, una base electrónica o un verso de rap. La Navidad aquí no se entiende como un género, sino como una mezcla en ebullición.
Y cada jornada se cierra con las «Noches espectaculares» (20:00), un ritual coral que une teatro y música para recordar que la voz humana sigue siendo uno de los instrumentos más potentes que tenemos para generar comunidad.
El festival no propone una Navidad “de postal”, sino un recorrido vivo, cambiante, que invita a entrar, quedarse un rato y dejarse llevar por el relato que está sucediendo.
Este diciembre, cada rincón de Barcelona resonará con la magia de la Navidad, invitando a todos a celebrar la creatividad y la comunidad en el vibrante corazón de la ciudad.