Durante cuatro días, el paseo se llenará de vida con una selección de marcas emergentes, diseño independiente y propuestas sorprendentes. Pero aquí no se viene solo a comprar: se viene a descubrir, compartir y dejarse llevar por el ambiente.
Las tornamesas no descansarán: una zona DJ con sesiones continuas marcará el compás mientras el escenario principal se llena de música en directo, espectáculos que rompen con la rutina y dosis bien servidas de humor. Todo pensado para hacer vibrar cada rincón del market.
La oferta gastronómica será un viaje paralelo: food trucks, sabores del mundo, opciones veggie y propuestas para los más golosos. Nadie se queda fuera. Y para los más pequeños, actividades diseñadas para despertar la imaginación y las ganas de jugar.
La Canya no es solo un plan: es una actitud. Un encuentro donde moda, cultura y diversión se dan la mano frente al mar, creando una experiencia que huele a sal, suena a verano y sabe a ganas de quedarse un rato más.