La muestra reúne más de un siglo de resonancias alrededor de este escritor que vivió como si su propia vida fuera parte de la obra. Libros ilustrados, dibujos, manuscritos y piezas originales conviven con obras de Bonnard, Gauguin, Toulouse-Lautrec, Filiger, Rouault y los nabis, testigos de una época en la que literatura y arte se contaminaban sin pudor. A su vez, se despliega su huella en las vanguardias: los surrealistas —de Breton a Miró— lo reconocieron como uno de sus antepasados más incómodos y lúcidos.
Uno de los momentos más reveladores del recorrido es la aparición de Picasso, que transformó a Ubú en alegoría del dictador moderno en Sueño y mentira de Franco. También destaca la influencia del Collège de Pataphysique, que convirtió la delirante «ciencia de las soluciones imaginarias» de Jarry en un laboratorio intelectual que aún hoy despierta fascinación.
La exposición se abre al presente con obras de William Kentridge, que revisita la figura del déspota jarryano para mostrar su inquietante actualidad. Y culmina con una lectura de la recepción catalana de este universo ubuesco, donde la irreverencia, la fantasía y la crítica feroz encontraron terreno fértil.