Nguyen, nacido en Saigón en 1976 y posteriormente emigrado a Estados Unidos con su familia como parte de los refugiados «boat people», regresa a su tierra natal para explorar y documentar las consecuencias humanas y físicas de los conflictos bélicos franceses y americanos que sacudieron Vietnam.
La exposición establece un diálogo entre la estética de artistas occidentales como Joan Miró y Alexander Calder, y las vivencias en los campos de batalla vietnamitas, integrando objetos y relatos que cruzan culturas y tiempos. Mediante sus obras, Nguyen transforma restos de guerra en poderosos testimonios artísticos que narran tanto su historia destructiva como su potencial para la redención y el perdón.
Esta exhibición no solo documenta las cicatrices de la guerra, sino que también reflexiona sobre el papel del arte como puente entre historias personales y discursos universales, demostrando que los ecos del pasado siguen influyendo en nuestra percepción del futuro.