Durante el siglo XIX, la revolución industrial y el crecimiento exponencial de la urbanización reconfiguraron el lazo entre el ámbito rural y urbano de la ciudad. La expansión urbana, veloz y masiva, superó la capacidad de las infraestructuras de la época, lo que llevó a las autoridades a regular y planificar con una visión innovadora, promoviendo la vida en áreas menos congestionadas y más próximas a entornos naturales.
En la actualidad, la nostalgia por un vínculo con la tierra nutre la Barcelona rural, un relicto que no solo recuerda su herencia agrícola sino que también fomenta nuevas visiones socioecológicas.
Esta exposición itinerante ofrece un recorrido por estas transformaciones, y estará disponible del 9 de octubre al 22 de noviembre en el Centro Cívico Sant Andreu, y del 27 de noviembre al 18 de enero en el Centro Cultural Casa Elizalde, invitando a los visitantes a redescubrir y valorar el legado rural de Barcelona en su contexto urbano contemporáneo.