Con su instalación «La maldat benvinguda», el artista Francesc Torres introduce al espectador en su visión acerca del sentido de la guerra. El montaje exhibe una interrogante que se apoya del recurso artístico para explorar lo frágil que resultan las situaciones bélicas, rodeadas siempre de tensiones propias del conflicto.
El centro del montaje lo ocupa un huevo cuya fragilidad se hace más que evidente al sostenerse en el vacío entre una ambulancia de guerra y un muro de hormigón. Al mismo tiempo comparte protagonismo con la fotografía que refleja una situación en la que la vida prevalece y lucha por ganar terreno en medio de la hostilidad y decadencia. Ambas situaciones se encuentran profundamente separadas por una circunstancia simbólica, pero funcionan para mostrar el delicado equilibrio que existe en aquello que mantiene la paz antes de desencadenarse la guerra.
Sin lugar a dudas es esta una instalación más que recomendada, digna de admirar para los amantes del arte y aquellas personas interesadas en ampliar su visión acerca de la simbología artística. Es válido decir que consigue su objetivo principal de hacer al público adentrarse en lo que representa la guerra con su sinsentido y sus implicaciones sobre la vida.