Desde esta semana puede visitarse «Insania», la nueva instalación de Heidi Valda, una propuesta de arte contemporáneo que transforma la sinrazón en una experiencia estética y sensorial radical. La muestra ofrece una instalación interactiva lumínico-sonora donde el espectador se adentra en una dimensión errante y fragmentada, dominada por el glitch, el ruido reprimido y la presencia inquietante de un autómata.
Lejos de ofrecer armonía o lógica, Insania celebra lo roto, lo dañado, lo que escapa del control. La obra suprime el papel central del operador humano y reinterpreta la imagen como algo en perpetua descomposición, en un homenaje a esa frontera borrosa entre la lucidez y la locura. Es un espacio donde los límites entre cuerpo y mente, entre percepción y alucinación, se desdibujan. Más que una exposición, Insania es una experiencia sensorial que invita al visitante a enfrentarse a su propia fragilidad, a perderse en un viaje onírico que conecta lo carnal con lo trascendente. Una obra que, a través de la ruptura, amplía los márgenes del arte contemporáneo y propone un diálogo incómodo pero necesario con lo irracional.