En un siglo XX convulso y fértil, Galí prefirió situarse en la sombra, dejando que brillaran sus alumnos. Y qué alumnos: Joan Miró, Llorens Artigas, entre muchos otros. Él les enseñó a mirar, pero nunca reclamó la mirada.
Esta exposición rescata del olvido a quien fue piedra angular del arte catalán moderno, pero que apenas firmó su obra con orgullo. Formado junto a Pompeu Fabra, Galí revolucionó la enseñanza artística en plena efervescencia novecentista. Desde las aulas de la Escuela de Arte y la Escuela de Bellos Oficios, sembró una nueva forma de pensar el arte: libre, humanista, comprometida con la sensibilidad.
Pese a haber dejado su impronta en la cúpula del Palacio Nacional y en numerosas obras, Galí no cultivó un legado personal: lo suyo era transmitir, no acumular. Esta muestra es una invitación a redescubrirlo como artista, como pedagogo y como figura clave en los cimientos del arte moderno catalán.
El maestro invisible es una reparación histórica. Una revelación silenciosa. Porque a veces, lo más revolucionario es no ocupar el centro del escenario.