No todos los niños crecen en un hogar donde el arte lo inunda todo. Claude Picasso lo hizo, entre lienzos, cerámicas, juguetes intervenidos y padres que marcaban la historia del arte moderno. La exposición «Crecer entre dos artistas. Homenaje a Claude Picasso» pone el foco precisamente ahí: en la infancia de Claude y su hermana Paloma, envuelta en la creatividad de Pablo Picasso y Françoise Gilot en su casa de Vallauris, al sur de Francia.
La muestra despliega una selección de piezas íntimas, algunas nunca antes vistas, que reconstruyen la atmósfera de ese universo doméstico y artístico. Desde la escultura La Guenon et son petit hasta fotografías familiares, pasando por pinturas, cerámicas y objetos cotidianos transformados en arte, el visitante se adentra en una dimensión poco explorada del genio malagueño: su faceta de padre. Uno de los grandes protagonistas de esta exposición es, sin embargo, Françoise Gilot. Por primera vez en España, su obra ocupa un lugar central, lejos de la sombra de Picasso, y se presenta como parte esencial de esa vida compartida. La muestra no solo recuerda a Claude como hijo, sino también como testigo, puente y guardián de dos trayectorias artísticas profundamente entrelazadas.
«Crecer entre dos artistas» no es un homenaje convencional: es un retrato sensible de una familia poco común, contada desde los márgenes del estudio y los rincones del hogar, donde el arte no era solo una vocación, sino una forma de vida.