El título subraya esta idea: cada persona genera a lo largo de su vida huellas documentales que acaban formando parte del legado común. Así, el Archivo se convierte en un espejo de la ciudadanía, un lugar cercano que nos define y nos conecta con quienes nos precedieron.
La exposición pone en valor la fuerza de los documentos originales, con cerca de un centenar de piezas —entre manuscritos, facsímiles y reproducciones— seleccionadas de entre más de 50 kilómetros lineales de fondos que el Archivo custodia desde el siglo XIII. Cada pieza abre una ventana a momentos decisivos de la ciudad, desde decisiones institucionales hasta relatos cotidianos.
Como pieza excepcional, y hasta el 25 de septiembre, podrá contemplarse por primera vez El libro verde de Barcelona, uno de los volúmenes de privilegios más importantes de la ciudad, fechado en el siglo XIV y conservado en el Archivo Histórico.
«Barcelona: el Archivo que somos» invita a sentirse parte de una memoria compartida, recordando que el pasado no está encerrado en estanterías: sigue vivo en los documentos que nos cuentan quiénes somos.