En lugar del pastel familiar, el visitante encuentra un tortell inflable de seis metros de diámetro, iluminado desde dentro, que ocupa el espacio como una presencia casi fantástica. Su volumen, suave y sorprendente, convierte el vestíbulo en una gran mesa navideña, donde la tradición deja de pertenecer a los salones privados para hacerse pública y celebratoria.
Pero «Al Voltant» no es solo una imagen: incluye un dispositivo interactivo que reinterpreta el juego del tortell, invitando a participar en un recorrido lleno de deseos, azar y complicidad. Cada gesto del visitante activa pequeños momentos de luz, guiños simbólicos que evocan los buenos augurios asociados al ritual original.
Con esta instalación, el DHub propone una lectura contemporánea de una costumbre profundamente arraigada, reivindicando el valor de los ritos modestos que, año tras año, tejen la memoria colectiva. «Al Voltant» convierte un instante cotidiano en una celebración pública, luminosa y cargada de espíritu navideño.