Por primera vez, el público podrá adentrarse en dos de sus míticas estaciones fantasma: Gaudí, nunca estrenada, y Correus, cerrada en 1972. Esta última solo se revelará de noche, tras caminar por las vías, como un viaje secreto al corazón olvidado de la ciudad subterránea.
El programa también descubre espacios hasta ahora reservados a trabajadores: la elegante escalera helicoidal de Urquinaona, los talleres de Santa Eulàlia —los más antiguos de la red— y los del ZAL, donde se ponen a punto los trenes automáticos más modernos. A ello se suma la subcentral eléctrica de Mercat Nou, joya arquitectónica del antiguo Metro Transversal, y el Centro de Control de La Sagrera, un auténtico cerebro que nunca duerme y desde el que se regula cada convoy.
La experiencia culmina en la nueva sala de simuladores de conducción, donde cualquiera podrá experimentar lo que siente un maquinista al frente del tren, enfrentándose a situaciones reales recreadas con precisión tecnológica.
Las visitas, gratuitas y con plazas limitadas, abrirán inscripciones el 9 de septiembre a las 10 h en obrimelmetro.cat. Una ocasión irrepetible para explorar lo oculto, lo cotidiano y lo extraordinario del metro barcelonés en su centenario.