Armadas con un libreto inspirado en los documentos de la época, las familias deberán descifrar indicios, observar detalles arquitectónicos y recorrer los espacios más emblemáticos de La Pedrera: el piso principal, las buhardillas con sus arcos catenarios, la azotea poblada de chimeneas escultóricas y los patios que aún conservan ecos de otro tiempo. Cada pista ayuda a reconstruir cómo se organizaba la vida doméstica, qué costumbres marcaban el día a día o cómo convivían modernidad y tradición dentro del edificio.
El juego no solo revela la historia de sus antiguos habitantes; también permite entender por qué Gaudí concibió la Casa Milà como un organismo funcional, luminoso y sorprendentemente práctico para su tiempo. A través de preguntas, pequeños retos y descubrimientos compartidos, las familias se adentran en la sociabilidad modernista y en la forma en que la arquitectura condicionaba —y enriquecía— la vida de quienes vivían allí.
«Los vecinos de La Pedrera» es, en definitiva, una exploración lúdica del pasado que convierte la visita en una experiencia activa: una oportunidad para que grandes y pequeños entren en la vida íntima del edificio y descubran que, detrás de su fachada ondulante, aún laten las historias de quienes lo llamaron hogar.