Más que una obra, The Rocky Horror Show es una fiesta en la que el público se convierte en cómplice. Con sus himnos inmortales —Sweet Transvestite, Damn It, Janet y el inolvidable Time Warp—, este clásico del exceso y la provocación invita a liberarse, a cantar, a reír y, sobre todo, a bailar sin complejos.
Acompañada por The Rocky Horror Band, llegada directamente desde el West End de Londres, la música en directo eleva cada número a una experiencia tan intensa como divertida. El resultado: una explosión de ritmo, humor y sensualidad que mezcla ciencia ficción, estética glam y pura libertad escénica.
En su 50º aniversario, The Rocky Horror Show demuestra que el tiempo no ha logrado domar su espíritu rebelde. Más viva que nunca, sigue siendo la noche más loca del teatro musical. Una invitación descarada a dejar atrás la timidez y entregarse, sin remedio, al placer de lo inesperado.