Svetlana recibe al público en su carromato, un umbral entre lo visible y lo oculto. Allí, las cartas del Tarot despiertan y hablan, no para anunciar destinos, sino para ponerlos en duda. Preguntan, provocan, iluminan zonas que creíamos tener claras. En este universo, es el público quien completa la historia, guiado por relatos, dinámicas creativas y la intuición colectiva que se teje en cada función.
La experiencia no busca respuestas absolutas, sino activar un juego de espejos donde cada asistente descubre una versión distinta de sí mismo. Lo que empieza como un espectáculo termina convertido en un viaje fantástico y participativo, donde la magia se construye minuto a minuto.
Audaces soñadores: ¿están listos para escuchar lo que sus propias cartas internas llevan tiempo queriendo decir?
Una creación de Eva Lu, Svetlana, Oráculo teatral recuerda que el misterio nunca está fuera, sino justo donde uno se atreve a mirar.