Todo empieza con un huevo diminuto, casi imperceptible, del que nace una oruga inquieta, llena de curiosidad y con un apetito insaciable. A medida que crece, el escenario se llena de ritmo y descubrimiento: la danza evoca sus movimientos, los títeres dan forma a su pequeño universo y la música de Frédéric Chopin acompaña cada gesto con una sensibilidad que envuelve al público.
Cuando la oruga decide detenerse y construir su frágil casa de seda, el teatro se sumerge en un tiempo suspendido. Tras ese silencio aparente, llega el instante de la transformación: un crujido, una grieta diminuta… y la aparición de una mariposa luminosa, lista para su primer vuelo.
Pensado para niños y niñas a partir de 2 años, este espectáculo convierte la metamorfosis en una experiencia sensorial y emotiva, donde las imágenes, los sonidos y el movimiento narran sin prisas la belleza de crecer y cambiar. Una invitación a mirar lo pequeño con ojos nuevos y a descubrir la magia que ocurre, a veces, en el interior de un capullo.