La excusa perfecta para este tributo es una comedia de enredos clásica: «L’amor venia amb taxi», de Rafael Anglada, una obra que prácticamente todos los grupos de teatro amateur de Cataluña han representado en algún momento. Pero en manos de La Cubana, el texto de toda la vida explota en mil colores: se convierte en un musical “made in Cubana” y, como dicen ellos mismos, “hecho a la catalana”.
Sobre el escenario desfilan canciones, humor gamberro, ritmo frenético y un juego constante con el público, que nunca sabe cuándo pasará de espectador a cómplice. El espectáculo celebra el entusiasmo de aquellos grupos aficionados que ensayaban en escuelas, parroquias o centros cívicos, recordando que de esos escenarios humildes surgió buena parte del teatro del país.
El resultado es un homenaje vibrante, tierno y descarado, donde tradición y espíritu festivo se encuentran en un mismo taxi. Y, como siempre con La Cubana, el viaje promete ser inolvidable.