Una noche sofocante en un pueblo del interior de Cataluña marca el inicio de un relato donde todo parece quebrarse. Una mujer inmigrante que ejerce la prostitución presencia un accidente trágico en las afueras de una fiesta privada. Dentro, la élite política se oculta tras puertas cerradas. Fuera, las consecuencias comienzan a extenderse.
Al mismo tiempo, Ruby, una joven de 18 años con el trap como forma de vida y expresión, se enfrenta a la justicia. Su padre, Pere, un hombre derrotado por los años y los sueños incumplidos, ve cómo su mundo rutinario, reparaciones, granjas, silencios, comienza a resquebrajarse. Lo que una vez soñó, recorrer la Ruta 66 hasta el Gran Cañón con su familia, quedó enterrado bajo años de renuncias. Pero cuando todo parece perdido, lo improbable sucede. Una visita inesperada reabre heridas, pero también caminos. La obra plantea con crudeza y ternura que incluso los más pequeños actos pueden cambiar el rumbo de lo establecido, y que aún queda espacio para la transformación, aunque ya no seamos jóvenes.
Con una puesta en escena poderosa y una narrativa cargada de verdad, esta pieza firmada por Sergi Pompermayer nos sumerge en un viaje emocional donde la caída, el deseo y la esperanza conviven en un mismo escenario. El Gran Cañón no es solo un destino: es la metáfora de lo que todavía puede ser.