El relato comienza con un niño soñador que cruza la frontera de lo cotidiano para entrar en un universo de fantasía. Allí descubre a un hada fénix que sobrevuela el mar con un fulgor hipnótico. Impulsado por la fascinación, decide lanzarse tras ella y se sumerge en un viaje que lo llevará a mundos desconocidos, llenos de belleza y peligro.
En escena, la precisión atlética se entrelaza con la danza, la música y la tecnología, dando vida a un espectáculo que combina lo ancestral y lo contemporáneo. El público asiste a un desfile de imágenes deslumbrantes: cuerpos que desafían la gravedad, coreografías que parecen fluir como agua y momentos de pura magia visual.