En esta adaptación, los tres cerditos se ven obligados a independizarse cuando su madre, por cuestiones laborales, debe trasladarse a China. Sin experiencia ni manual de instrucciones, deberán construir sus propias casas —una de paja, otra de madera y otra de ladrillo— mientras lidian con sus diferencias y aprenden el valor del esfuerzo, el trabajo en equipo y la resiliencia.
Pero el temido lobo feroz sigue al acecho, dispuesto a soplar, soplar... y poner a prueba tanto sus construcciones como su ingenio.
Con un lenguaje fresco, canciones originales y mucho ritmo, «Els tres porquets» conecta con el público de hoy sin perder la esencia del cuento de siempre. Una aventura que habla de crecer, equivocarse y, sobre todo, de construir juntos.