Tres intérpretes se lanzan a escena con una única certeza: nada está escrito. Las tentaciones surgen sin aviso, y el público no solo mira, sino que entra en el juego. Porque en este teatro, los espectadores también forman parte del espectáculo. Entre copas, confesiones y provocaciones, la velada avanza al ritmo de las emociones que se atrevan a aflorar.
El amor, el deseo, los límites y las máscaras caen uno a uno en este escenario vivo, donde todo puede pasar. El tono es ligero, incluso hilarante, pero las preguntas que se deslizan por debajo dejan huella.
¿Te atreves a dejarte tentar?
«El Teatro de las Tentaciones» te espera con una experiencia escénica que no olvidas. Porque lo más interesante sucede cuando te sales del guion.