Durante esta cita única, los asistentes disfrutarán de un buffet de guisos tradicionales, preparados como antes: a fuego lento, con ingredientes sencillos y todo el sabor de las recetas heredadas. Gazpacho, sopa de melón, cap i pota y muchos otros clásicos llenan la mesa en una celebración de la cocina real, esa que no necesita artificios para emocionar.
La música de verbena acompaña el ambiente, creando el contexto perfecto para compartir, brindar y recordar. Porque sentarse a la mesa también es un acto de amor, de comunidad, de cultura viva. En cada cucharada, una historia; en cada plato, una abuela que enseñó que lo mejor siempre se cocina con paciencia.