En medio de la devastación actual en Gaza, programarlo se vuelve un gesto de urgencia cultural: la animación como archivo vivo, como resistencia íntima, como espacio donde una comunidad puede reconocerse y seguir contando.
Cada obra invita a mirar por encima del titular y escuchar lo que permanece: la vida cotidiana, los vínculos, los duelos y la creatividad que persisten pese a la violencia. El ciclo combina técnicas diversas —del dibujo artesanal al stop-motion o la animación híbrida— para ofrecer miradas que amplían nuestro marco de comprensión.
La programación inclue «Samouni Road» de Stefano Savona, presentada en dos sesiones (22 y 25 de noviembre), una obra que reconstruye, entre lo documental y lo animado, la historia de una familia marcada por la pérdida. El ciclo culmina el 28 de noviembre con The Wanted 18, de Paul Cowan y Amer Shomali, que recupera con ironía y lucidez un episodio real de autogestión en Cisjordania. A todo ello se le añade una antología de cortometrajes que abre el conjunto con una mirada plural y sensible.
Palestina Animada no busca contarlo todo, sino permitir que estas imágenes respiren y encuentren espectadores dispuestos a escuchar.