Este festival se adentra en las profundidades del cine que explora temas como la desposesión, la pérdida y la resistencia a través de historias poderosas que desafían la realidad y la memoria. En obras como «Una casa en Jerusalén» de Muayad Alayan, los espectadores enfrentan la cruda realidad de la pérdida del hogar, mientras que «Inocencia», de Guy Davidi, critica la militarización y la guerra, destacando las vidas alteradas por conflictos prolongados.
Cada película seleccionada para el festival invita a los espectadores a reconsiderar la historia y la memoria colectiva, utilizando el cine como una herramienta para explorar y cuestionar la violencia que define y subyuga a sociedades enteras. El festival no solo revive esperanzas frustradas sino que también agita el deseo de un futuro que haga justicia al dolor del presente.
Este evento se convierte en un espacio crucial para la reflexión y el diálogo, donde la dialéctica de las miradas abre caminos hacia la imaginación y la justicia social.