Las impulsoras del festival, Imma Manresa y Mercè Espelleta, han urdido una edición que no busca agradar, sino remover. Abre el camino «Parné», de Gloria Ribera, una pieza que recupera los cuplés de los años veinte para mostrar cómo el cuerpo femenino fue —y sigue siendo— un campo de batalla entre la libertad y la norma. Una versión íntima del espectáculo original, pero con todo el descaro, ironía y glamour necesarios para reinterpretar un pasado que se parece demasiado al presente.
El 28 de noviembre, «Boja», de Mariona Esplugues, pone sobre la mesa una experiencia personal y universal a la vez: la búsqueda de identidad en medio del desconcierto. Danza, rap, canto y humor se combinan en un monólogo que desarma cualquier prejuicio sobre la salud mental y revela la fragilidad —y fortaleza— de seguir adelante, incluso cuando nada encaja.
El festival avanza el 12 de diciembre con «Monroe ha de morir», de Cia. Teatre entre Càmares, una pieza que arranca el mito de Marilyn de las fotografías para mostrar la mujer que había detrás: sus dudas, sus grietas y su resistencia a ser consumida como icono.
Y el viaje concluye el 19 de diciembre con Blues & Roots, un recital donde Danny del Toro, Tatiana Firminio y Sílvia Marsó convierten el blues en un territorio emocional cargado de memoria. Suenan Brecht, Weill, Sondheim, y hasta Strange Fruit y El Rei de Harlem encuentran nuevas resonancias.
Dona Crea — Crea Mujer no es solo un festival: es un recordatorio de que las historias contadas por mujeres siguen siendo necesarias, urgentes y profundamente transformadoras.