Esta edición reúne a nombres imprescindibles como Los Planetas, ZAZ, Russian Red, Santiago Auseron o Crystal Fighters, junto a nuevas voces como Maria Hein, Amaia Miranda o OKDW, que representan la energía de una escena en constante renovación. Entre los escenarios habituales —El Molino, Razzmatazz, Sant Jordi Club o Apolo— se extiende un circuito íntimo, cercano, donde cada concierto se siente como un encuentro único.
El Cruïlla Tardor mantiene el espíritu del festival de verano, pero con otra temperatura: más introspectiva, más cálida. Aquí el baile y la calma conviven; el público se refugia en las letras y las luces, en los versos que se quedan flotando en el aire.
Con una programación que atraviesa géneros y generaciones, el ciclo confirma lo que ya se intuía: que la música también puede ser abrigo. Porque en otoño, cuando el cuerpo pide pausa, el Cruïlla ofrece su mejor respuesta: seguir vibrando.