El evento destaca por su diversa oferta gastronómica que incluye desde aceites exquisitos hasta chocolates de elaboración propia, pasando por delicias como croquetas artesanas y embutidos selectos. Novedades como sobrasadas elaboradas con técnicas tradicionales y tablas de cortar diseñadas con esmero enriquecen la experiencia, junto a los clásicos helados gourmet y las irresistibles tartas de queso.
El festival no solo es un festín para el paladar, también es un despliegue de street food de alta calidad con opciones que van desde pizzas de fermentación lenta hasta bocados de cocina internacional, ofrecidos por restaurantes emblemáticos de Barcelona.
La bebida tiene un papel protagónico con cervezas de microbreweries, vinos de viñedos locales y una selección curada de vinos naturales, sin olvidar los innovadores cócteles y refrescos variados. El café de especialidad, servido por expertos baristas, promete ser el acompañante perfecto para una degustación exclusiva de quesos suizos artesanales.
El festival también es un espacio de aprendizaje y disfrute con talleres culinarios para adultos y actividades lúdicas y educativas para niños, fomentando la creatividad y el amor por la gastronomía desde temprana edad.