Este proyecto digital —entre rito, archivo y revuelta— convoca a artistas y activistas LGTBIQ+ a escribir funerales que nunca nos dejaron tener, a nombrar duelos que nos arrebataron antes siquiera de sentirlos.
Partiendo de obras del Museu Nacional, las creadoras convocadas reescriben la iconografía del dolor, atravesándola con cuerpos e historias desplazadas de la narrativa oficial. Como si los Llibres d’Hores medievales se abrieran en canal para dejar paso a nuevas oraciones: palabras que no piden permiso, que sangran, que abrazan.
Este recurso no es solo memoria. Es una grieta. Un susurro colectivo en voz alta. Una forma de reclamar lo que el arte también puede ser: consuelo, grito, herida abierta. «Dols Queer» no viste de luto, lo desviste. No clausura el dolor, lo hace paisaje para quienes no han tenido lugar ni en la muerte ni en el relato.
El museo se convierte así en espacio de duelo compartido. Porque llorar, cuando se hace juntas, también es resistencia. Y a veces, lo más radical que puede hacer el arte… es permitirnos llorar.
