Sin estímulos visuales, la percepción auditiva se agudiza hasta el extremo. Cada nota, cada matiz, cada silencio cobra una nueva dimensión en una sala diseñada para llevar la experiencia musical a otro nivel. Los asistentes se acomodan en butacas estratégicamente ubicadas en el centro del espacio, rodeados por un sistema de altavoces distribuidos con precisión, lo que permite captar hasta el más mínimo detalle sonoro de cada obra.
Más que una simple escucha, Música a cegues es una inmersión en el sonido puro, una forma de sentir la música sin distracciones, donde cada acorde se convierte en protagonista absoluto. Una propuesta diferente que invita a desconectar del mundo exterior y redescubrir la música con todos los sentidos.