La Orquesta Sinfónica del Vallès, dirigida en esta ocasión por Isabel Rubio, propone un programa diseñado para levantar el ánimo desde la primera nota. Los valses y polcas de la familia Strauss —entre ellos el inconfundible Danubio azul o la siempre esperada Marcha Radetzky— marcan el pulso de una velada que alterna elegancia, humor y destellos de virtuosismo. El repertorio se completa con pequeñas sorpresas que renuevan el espíritu del concierto sin perder su esencia festiva.
En un espacio donde la luz, el color y la acústica convierten cada interpretación en una experiencia sensorial, el público podrá despedir el año que se va y dar la bienvenida al nuevo sumergido en un ambiente que mezcla tradición europea y el inconfundible carácter del Palau.
Un encuentro pensado para todos los que desean inaugurar el calendario con belleza, energía y una orquesta en estado de gracia.