Conocidos por su fusión única de black y doom metal, Batushka envuelve cada actuación en un aura ritual. Su estética monástica, el uso del eslavo eclesiástico en las letras y una escenografía cuidadosamente diseñada convierten cada presentación en una especie de liturgia profana. No se trata solo de música: es un viaje sonoro cargado de simbolismo, oscuridad e intensidad emocional.
La velada contará además con la participación de Jade, banda catalana que abrirá la noche con su contundente propuesta, aportando densidad y fuerza al ambiente que precederá al acto principal.
Será una cita imprescindible para los amantes del metal más profundo, introspectivo y ceremonial. Una noche para entregarse al rito del sonido.