Los asistentes disfrutarán de una cena temática con un menú exclusivo inspirado en los sabores del otoño, maridado con cócteles de autor y una puesta en escena que juega con la tensión, la intriga y la elegancia. Entre luces tenues y velas, los camareros, actores y músicos se confunden con los personajes de una película que parece no tener fin.
El espacio, conocido por su vista panorámica y su atmósfera sofisticada, se transforma durante estas noches en un escenario de suspense donde nada es lo que parece. Cada detalle —la música, la decoración, el servicio— está pensado para sumergir al público en un universo de sensaciones donde el miedo se vuelve seductor.
La última función no es solo una cena: es una experiencia teatral y sensorial, un guiño al cine de culto que promete dejar huella. Solo para quienes se atrevan a disfrutar del terror con una copa en la mano y una sonrisa cómplice.