Bajo la luz vibrante del neón, cada participante elige su propio rumbo artístico, inspirado en un destino especial que sirve como punto de partida. No hay reglas ni presión por «hacerlo bien»: aquí, la pintura fluye al ritmo de la conversación, las risas del grupo y el aroma del vino que acompaña toda la sesión.
El taller invita a jugar con los colores brillantes, a dejar que las texturas y las formas aparezcan casi solas, a descubrir cómo la luz transforma cada trazo en una imagen inesperada. El resultado final es siempre diferente: una obra personal que refleja no solo un paisaje, sino también la energía compartida durante el proceso.
«Art & Wine» es, en definitiva, una experiencia para celebrar el arte sin pretensiones, la compañía y el pequeño placer de crear algo propio mientras el mundo queda fuera por un rato. Una cita perfecta para grupos que buscan una actividad original, relajada y cargada de buen ambiente.